Una visita inesperada

Llegaron hace unos días en casa unos parientes lejanos. Tenía noticias de que habían tenido una desgracia y se habían quedado sin nada de la noche a la mañana. Pero no contaba con que se presentaran en casa.
Lo dejé pasar para que los vecinos no me preguntaran que hacían allí en la puerta pero les dije que no se podían quedar. Me dijo que éramos familia y esas cosas, pero le dije que no podía ser, ... que esto era abusar de la familia. En casa siempre hemos hablado de valores y la familia siempre ha sido una prioridad, pero esto no es lo mismo.
La verdad es que mi casa es grande, no tengo habitaciones libres pero tengo algún cuarto que se podría arreglar. Pero sería una incomodidad a medio plazo y un lío. De momento los he dejado estar en el jardín.

He avisado a los servicios sociales y a las ONG
para que se hagan cargo y me han dicho que en principio, como que son familia y que tienen mucha más gente sin casi nada, me tocaría atenderles a mí y no a ellos porque infelizmente no alcanzan a llegar a todo el que lo necesita. Me he indignado con los servicios sociales y las ONGs. ¿Para que sirvan si cuando los necesito yo, no me solucionan el problema?

Como ya no se qué hacer, he llamado a la prensa y los he enseñado en qué malas condiciones están viviendo en el jardín de casa y me he quejado de las ONGs y los servicios sociales porque no se hacen cargo y no solucionan el problema. Como consecuencia ha salido en todos los periódicos y ahora se acerca gente a casa con comida, alguna manta y otras cosas. Suerte tengo de ellos porque mi jardín no está en condiciones y yo no pienso dedicar mis recursos a atenderlos. Ya hago bastante dejándolos estar en el jardín. Estoy preocupado porque todavía estropearán algo.

También he procurado difundir al máximo que cuatro alocados los tiraron piedras desde la calle, para que así el resto de su familia tenga miedo, vean que no son bienvenidos y ya ni vengan. En la televisión han dado mucha más importancia a este incidente que a la inmensidad de gente que viene a traerles cosas y se solidariza con ellos.

Como no veo cómo terminar esto he ido a ver una gente que no conozco y de la que no me fiaría nunca, pero me han prometido que por el dinero que les he ofrecido, entrarán en mi casa por la fuerza, los inmovilizarán (a ser posible sin hacer daño, claro) y los llevarán al país vecino en una furgoneta. También he pagado a los del país vecino para que hagan lo que sea para que no pase nadie y que no hace falta me expliquen que hacen para evitarlo. Con estas dos acciones, soluciono mi problema.

 Es duro, pero alguien tiene que ser responsable porque esta situación no era sostenible para mí y para los de mi casa y vete a saber donde hubiéramos ido a parar. Y quién sabe si entre todos ellos encima, aunque no lo parece, hay alguna mala persona.
Al final me han dicho que todos a la vez no se les llevarán, porque han hecho un acuerdo que dicen que es legal llevárselos a la fuerza aunque uno por uno. Pero que no sufra, que es un legalismo y en verdad se los llevaran todos de una vez.

Los vecinos de al lado que son de otro país también han recibido gente. Tienen una casa muy pequeña y vieja y los han puesto dentro de la casa con ellos. No han salido en los periódicos y por tanto casi nadie les lleva cosas ni los ayuda. Se reparten lo que tienen y parece que llega para todos. Se han organizado para pedir responsabilidades al gobierno y van a las manifestaciones que piden vías seguras. Y han colgado una pancarta que dice "Bienvenidos refugiados". Tenemos que procurar que esto no se sepa, sino estamos perdidos, hundirían toda la estrategia para sacarnoslos de encima.

Estamos en una sociedad de acogida, pero así no son maneras. Las Ongs no nos solucionan el problema y encima nos piden que asumamos nuestras responsabilidades legales y éticas. Y nos hablan de no se qué convención de Ginebra y del Derecho Internacional. También dicen que los que han llegado han tenido que irse de su casa porque no hemos hecho todo lo que tenían que hacer para que no haya guerra en su país. Dicen que las irresponsabilidades en política internacional y en solidaridad siempre vuelven como un boomerang. ¡Que sabrán ellos!
¡Qué morro! No nos solucionan el problema y nos piden responsabilidades.

Por suerte, seguimos hablando sólo de los que tenemos en casa y no los de los de los vecinos, porque esta gente nos destrozaría toda la argumentación.

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